miércoles, 1 de abril de 2009

Siddhartha, Herman Hesse




" ¡Qué sordo y limitado he sido! -pensó luego aligerando el paso-. Cuando alguien lee un texto cuyo sentido quiere descifrar, no desdeña los signos ni las letras, ni los considera una ilusión, un producto al azar o una envoltura sin valor, sino más bien los lee, los estudia y los ama, signo por signo y letra por letra. Pero yo, que deseaba leer el libro del mundo y el libro de mi propio ser, desprecié sus signos y sus letras en función de un sentido que les había atribuido de antemano. Y denominaba ilusión al mundo de las apariencias, considerando mis ojos y mi lengua como fenómenos contingentes y sin valor alguno. Pero esto ya pasó: me he despertado, estoy totalmente despierto y hoy, por fin, he nacido."

Siddartha, Herman Hesse. 1992
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2 comentarios:

  1. Y sí, nuestro querido Hesse...
    A mi la primera vez que leí este libro, hace ya un núemero indescifrable de años, me dio la sensaión de que era "budismo para adolescentes" -cito mis propias palabras de cuando era esa persona que leía por vez primera a Hesse.- Por suerte el mismo libro me enseñó que estaba bueno releer [re-buscar], con marco teórico incluido por inevitable, pero liberándose de los preconceptos, inclusive de los que uno mismo se autoimpone como dogma sin darse cuenta, debilitando la conciencia para dejar fluir el deseo [la pasión].
    Siddharta es el libro que quedó estacionado ente El Principito y la luz que ilumina los libros, entre lector y lector.

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