jueves, 27 de junio de 2013

Primavera a la carta (O´ Henry)




“Corrían los primeros días de la primavera. (…) Sara estaba llorando sobre el menú” Así comienza Primavera a la carta.  ¿Por qué lloraba Sara ? ¿Y justo sobre el menú? ¿Y qué tiene que ver la primavera?

 O´Henry formula y sostiene hasta el final  del cuento estas tres preguntas que mantienen atrapado al lector en busca de respuesta. Con sutil ironía y disgresiones intencionales sobre el oficio del ”buen escribir”, el autor establece una relación de complicidad inmediata con el lector y  comienza por el conflicto. Vuelve sobre esta escena inicial  una y otra vez,  sin avanzar en el desarrollo del argumento. Párrafo tras párrafo vamos conociendo la vida de Sara, joven mecanógrafa neoyorkina, empleada de un restaurante, enamorada de un granjero…  con cada dato que se agrega el llanto sobre el menú cobra mayor profundidad  y genera a la vez mayor desconcierto: pese a la abundancia de información, nada logra explicarlo. Las imágenes campestres agregan contenido literal y simbólico pero sólo aumentan la incertidumbre y la curiosidad.  El texto crece en tensión y únicamente el doble desenlace permite comprender la totalidad del cuadro  -- y  abrazar a Sara con una sonrisa al leer la última frase.

martes, 25 de junio de 2013

El caballero que cayó al mar


Standish tenía una cicatriz angosta, de dos centímetros y medio en la parte superior de la muñeca  derecha. Ahí hace siete años lo había mordido Olivia. Luego se había casado con él. (Dándole tiempo a la herida para cicatrizar) y fueron un matrimonio feliz.

Olivia lo mordió cuando Standish la llevó a su casa después del baile y trató,  solemnemente,  de besarla en el auto estacionado. Más tarde descubrieron que la única diferencia entre un beso y esa clase de mordida era la fugacidad del primero.
 

El Caballero que Cayó al Mar
H.C. Lewis
 
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